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Reserva de la Tierra

Cambio Climatico y Viticultura después de la pandemia

CAMBIO CLIMÁTICO Y VITICULTURA DESPUÉS DE LA PANDEMIA

Hace ya años que se debate sobre la afectación del cambio climático en el sector vitivinícola. ¿Desaparecerán zonas históricas de vendimia y aparecerán otros entornos para la producción de vinos? ¿Puede ser la uva un indicador del cambio climático? ¿Cómo afectará la pandemia en la lucha contra el cambio climático? Estas y muchas otras cuestiones son las que nos planteamos en nuestro sector.

El calentamiento global está transformando los paisajes y cultivos de todo el mundo, pero el sector vitivinícola es uno de los más afectados por el cambio climático. Un estudio publicado por la revista especializada PNAS advierte que, aunque se cumplan los Acuerdos de París y se mantenga el incremento del calentamiento global en 2ºC, el 56% de las regiones vitivinícolas tradicionales dejarán de ser aptas para la producción de vino.

¿En qué afecta el cambio climático al sector vitivinícola?

Las vides son plantas muy resistentes a sequías y temperaturas extremas, pero las uvas son extremadamente sensibles.

Los meses de primavera ahora son mucho más secos, las temperaturas de verano se han vuelto más extremas, hay menos heladas en invierno y más en primavera. Estos factores, entre otros, provocan una disparidad en la maduración fenólica y alcohólica de la uva. Es decir, cuanto más calor, más producción de azúcar, más alcohol en el vino y una menor acidez, por lo que resulta un vino con una acidez desequilibrada y menos longevo.

A su vez con el aumento de temperatura y la disminución de agua, algunas vides podrían no sobrevivir. El estudio del PNAS perfila una posible estrategia de reorganización de regiones y variedades a nivel mundial. Las regiones que hoy son más frías pasarían a ser adecuadas para el cultivo de variedades mejor adaptadas al calor como la Garnacha. Al mismo tiempo, los cultivos de climas más fríos como el Pinot Noir o el Riesling podrían expandirse en países sin tradición vinícola como el Reino Unido, Suecia o Noruega. Las regiones con más sensibilidad al impacto climático desaparecerían, como podrían ser los viñedos de Castilla La Mancha (470.000 hectáreas de viñedo).

¿Y la pandemia en la lucha contra el cambio climático?

Por todo el mundo se ha visto que la reclusión y la reducción de las actividades industriales y comerciales a consecuencia del coronavirus ha supuesto una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se ha comprobado que nuestra conducta influye profundamente en el medio ambiente y en el ecosistema que nos envuelve.

Esta crisis se ha convertido en una oportunidad para modificar nuestros hábitos. Muy probablemente está naciendo una nueva sociedad, una nueva conciencia de la colectividad y la corresponsabilidad social que podrían ser determinantes para nuestro futuro y el del planeta.

Cuando esta situación pase, los problemas con el cambio climático, la contaminación atmosférica en las ciudades o la pérdida de la biodiversidad seguirán estando ahí, no desaparecerán. Pero muy probablemente la sociedad saldrá de esta pandemia más fuerte, resiliente y concienciada.

Es importante enfatizar que el futuro sigue estando en nuestras manos. Aún quedan algunas oportunidades para luchar contra el cambio climático y también adaptar nuestra viticultura a un mundo más cálido. Sólo hace falta que como sociedad lo comprendamos y actuemos consecuentemente.

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